Conversamos con diversas egresadas y egresados para profundizar en sus trayectorias, recuerdos de su paso por la Facultad de Psicología UDP y los desafíos que han enfrentado tras integrarse al mundo laboral.

 

A continuación, te invitamos a conocer a Nadia León, quien actualmente vive en Barcelona y se integró recientemente a la Fundación Salud y Persona. Nadia, como profesional y mujer trans, busca seguir aportando a combatir la violencia y la desinformación con enfoques culturalmente sensibles y responsables.

 

¿Qué recuerdos tienes de tu formación en la Facultad de Psicología UDP?

Conservo bellos recuerdos de mi formación de pregrado. Si bien hubo altibajos, tuve una trayectoria académica muy variada gracias a las oportunidades que tuve, desde ser profesora ayudante por casi tres años, mi intercambio con la U. Internacional de Catalunya en Barcelona, hasta la materialización de mi proyecto de práctica profesional. Todos aquellos momentos los atesoro con afecto pues han conformado mi experiencia como estudiante y ahora como psicóloga clínica.

 

Recuerdo con especial cariño las puertas que se me abrieron para poder adentrarme en la docencia universitaria, gracias a Albana Paganini y Lorena Ubilla, Profesoras de la Escuela de Psicología, con quienes tuve la fortuna de trabajar y que de alguna manera han influenciado positivamente en mi desarrollo como profesional.

 

También atesoro con mucho afecto el espacio de la Clínica Psicológica de nuestra universidad, donde realicé mi práctica profesional. La comunidad de este espacio fue vital para poder acompañarme en el proceso de desplegar los saberes y técnicas aprendidas a lo largo de estos cinco años. Particularmente, la formación que recibí en mis primeros pasos clínicos con la Profesora Paz Valenzuela fue una experiencia sumamente enriquecedora.

 

Gracias a este espacio (CAPSIS UDP), que me interpeló en cuanto a mi rol, pudimos conjuntamente repensar los espacios clínicos para abordar las crecientes necesidades de participación protagónica de niños, niñas y adolescentes y de vinculación con las comunidades barriales aledañas a la Facultad.

 

Fue un privilegio poder trabajar conjuntamente con la comunidad del barrio y el equipo de la Clínica, para recuperar espacios dañados a propósito del contexto post-pandemia. Sin duda alguna reparar en el tejido social del medio que rodea a este espacio de saber, es uno de mis recuerdos más valiosos y una invitación a pensar en próximos proyectos de intervenciones clínicas y comunitarias.

 

Gracias a la UDP pude concretar mi cambio de nombre social mucho antes de que fuese una Ley en Chile, y eso es algo a destacar. Esta universidad fue pionera en dar lugar a la comunidad LGBTQIA+ respetando y promoviendo los Derechos Humanos de las personas trans y no binarias. Ello me rememora el trabajo que también realizamos en la Vocalía de Sexualidades y Géneros, entonces Vogesex UDP, donde conjuntamente cimentamos el camino para elaborar el Protocolo de Actuación contra la Violencia de Género en la UDP. Participar de esta organización como voluntaria fue una gran experiencia y de muchos aprendizajes.

 

¿Has cursado estudios adicionales a los realizados en UDP?

Aún no he cursado estudios adicionales, sin embargo, estoy en proceso de homologar mi título de Psicóloga en España para poder ejercer la profesión. Sin embargo, dentro de no mucho me gustaría realizar un Máster en Psicología Clínica y seguir siendo activista por los Derechos de las personas trans. Desde mi profesión y siendo una mujer trans, creo que tengo mucho que aportar en combatir la violencia y la desinformación con enfoques culturalmente sensibles y responsables.

 

¿Cómo fue tu integración al mundo laboral luego de egresar?

Actualmente vivo en Barcelona y estoy muy contenta de iniciar nuevos desafíos. En esa línea, me integré recientemente en la Fundación Salud y Persona, esperando que con el tiempo y más formación puedan salir a la luz varios proyectos. Además, prontamente abriré mi consulta particular de manera telemática para seguir cultivando mi rol como psicóloga clínica con mis pacientes.

 

¿Qué ha sido lo más desafiante de enfrentar en su vida profesional?

Lo más desafiante de mi vida profesional tiene que ver con mi labor clínica. Hay mucho que hacer aún en muchas aristas de la salud mental. Recuerdo a la Profesora Claudia Lucero cuando nos decía que “la salud mental es salud”. Debemos comenzar a entender la salud mental desde lo biopsicosocial. Hay determinantes sociales de la salud en donde la psicología si bien puede ayudar o dar un lugar, se termina quedando corta. Sin duda, parte de esos desafíos tienen que ver con seguir hablando de estas temáticas tan relevantes en Chile y en el mundo, hasta que la salud mental tenga la relevancia que se merece.

 

¿Qué consejo o recomendación le darías a quienes se encuentran cursando la carrera?

Que aprovechen todas y cada una de las instancias formativas, que no solo aportarán en su aprendizaje, sino que les ayudarán a repensar el por qué estudiamos la carrera. La psicología debe estar enfocada críticamente sobre sí misma, repensando sus espacios de acción, sus posibilidades, escenarios y desafíos. La Facultad y sus profesores/as son la parte más valiosa. Deben promover que circule el conocimiento y el diálogo académico, pero que no se quede capturado, sino que esté abierto a lo múltiple. La invitación es a repensar y reflexionar conjuntamente sobre nuestro rol como profesionales de la salud mental, a no caer en el furor curandis sino a evaluar detenidamente cada campo de nuestro ejercicio profesional como una oportunidad de transformar la realidad.